En un reciente giro de los eventos dentro del mundo de la lucha libre, cinco ex chicos del ring de la WWE han presentado una demanda anónima, donde afirman haber sido explotados y agredidos sexualmente mientras trabajaban para el gigante de la lucha libre. Reseñan que el ex director ejecutivo Vince McMahon y su esposa, Linda, ignoraron las advertencias sobre estas acciones, lo que plantea preguntas significativas sobre la responsabilidad en la industria.
Los demandantes, quienes eran menores de edad en el momento del aparente abuso, han llevado su caso a un tribunal en Maryland, donde describen el comportamiento del personal directivo y su falta de acción como inaceptable. La demanda resalta que:
- Vince y Linda McMahon supuestamente estaban al tanto de los abusos perpetrados por Melvin Philips Jr., un antiguo líder del equipo, y no hicieron nada para detenerlo.
- La ausencia de intervención de la pareja permitió que el abuso se perpetuara, causando un daño significativo a los jóvenes involucrados.
El abogado Greg Gutzler, quien representa a los ex chicos del ring, declaró: «Gracias al coraje de nuestros clientes, finalmente tenemos la oportunidad de responsabilizar a quienes permitieron y recordaron el abuso sexual abierto de estos jóvenes». Este comentario refleja no solo la búsqueda de justicia por parte de los demandantes, sino también un llamado a la acción para garantizar la seguridad de los jóvenes en la industria de la lucha libre.
En respuesta a las acusaciones, el abogado de McMahon, que está lidiando con otros asuntos legales, no ha realizado comentarios al respecto. Sin embargo, el silencio de los McMahon ante estas acusaciones genera aún más inquietudes. Algunos aspectos clave de la demanda incluyen:
- La naturaleza de las alegaciones y el silencio de las autoridades de la WWE al respecto.
- El impacto psicológico en las víctimas y las posibles repercusiones legales para los acusados.
Además, es interesante destacar que la situación está siendo observada de cerca por los medios y el público, quienes siguen esperando respuestas adecuadas de las instancias involucradas.
Este caso resuena no solo en la comunidad de la lucha libre, sino en la sociedad en general, donde la protección de los menores y la responsabilidad de las figuras de autoridad continúan siendo temas de gran relevancia. La comunidad está atenta a cómo la WWE y sus líderes abordarán estas acusaciones y qué acciones se tomarán para garantizar la seguridad de futuros empleados.
En conclusión, la demanda es un recordatorio del poder que tienen las voces de los que han sufrido injusticias y la responsabilidad de los que están en posiciones de autoridad.
