Por primera vez, los científicos han demostrado que el sonido puede viajar a través del vacío. Sin embargo, el truco para romper las reglas requiere circunstancias específicas y solo se puede realizar en distancias extremadamente pequeñas.
El eslogan icónico de la película de ciencia ficción de 1979 «Alien» nos dice que «en el espacio, nadie puede oírte gritar». Esto se basó en el hecho de que el espacio es un vacío, una región desprovista de partículas. Las ondas sonoras viajan vibrando a través de partículas en un medio, como el aire o el agua, desde una fuente hasta un receptor. Entonces, en el vacío, no hay medios de transporte. (El espacio exterior no es en realidad un vacío total porque contiene pequeñas cantidades de gas, plasma y otras partículas. Pero esta materia está rodeada por grandes extensiones de vacío).
Pero en un nuevo estudio, publicado el 14 de julio en la revista Communications Physics, los investigadores demostraron que el sonido puede viajar en el vacío. Desafortunadamente para los exploradores espaciales perseguidos por extraterrestres, esto no se extiende a los gritos humanos.
En el nuevo experimento, los investigadores transmitieron ondas de sonido a través de un vacío entre dos cristales de óxido de zinc al convertir las ondas vibrantes en ondas en un campo eléctrico entre los objetos.
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Un cristal de óxido de zinc es un material piezoeléctrico, lo que significa que cuando se le aplica una fuerza o calor, el material produce una carga eléctrica. Por lo tanto, cuando se aplica sonido a uno de estos cristales, crea una carga eléctrica que interrumpe los campos eléctricos cercanos. Si el cristal comparte un campo eléctrico con otro cristal, la perturbación magnética puede viajar de uno a otro a través del vacío. Las perturbaciones reflejan la frecuencia de las ondas de sonido, por lo que el cristal receptor puede transformar la perturbación en sonido al otro lado del vacío.
Sin embargo, las perturbaciones no pueden viajar una distancia mayor que la longitud de onda de una sola onda de sonido. En teoría, esto funciona con cualquier sonido, independientemente de la longitud de onda de ese sonido, siempre que el espacio entre los cristales sea lo suficientemente pequeño.
El método no siempre es fiable. En un gran porcentaje de los experimentos, el sonido no se transmitió perfectamente entre los dos cristales: partes de la onda se distorsionaron o reflejaron a medida que pasaban por el campo eléctrico, encontraron los investigadores. Sin embargo, a veces los cristales piezoeléctricos transmitían perfectamente toda la onda sonora.
«En la mayoría de los casos, el efecto [sound transmitted] es pequeño, pero también encontramos situaciones en las que toda la energía de la onda salta por el vacío con un 100% de eficiencia, sin ningún reflejo”, coautor del estudio Ilari Maasiltaun físico de materiales de la Universidad de Jyväskylä en Finlandia, dijo en un declaración.
El descubrimiento podría algún día ayudar a desarrollar componentes microelectromecánicos, como los que se encuentran en los teléfonos inteligentes y otras tecnologías, dijeron los investigadores.
Esta historia apareció originalmente en Ciencia viva.