En el marco de un creciente resurgimiento de casos de COVID-19, Israel ha tomado medidas drásticas para contener la propagación del virus. Después de un prolongado debate en el Gabinete, se acordó implementar un cierre más estricto, limitando significativamente la actividad económica y restringiendo las reuniones a grupos de no más de 20 personas. Las nuevas restricciones entrarán en vigor este viernes, justo antes de las festividades judías, y están diseñadas para ayudar a frenar el aumento vertiginoso de infecciones que ha llevado a cifras diarias cercanas a los 7,000 nuevos casos.
Detalles del nuevo bloqueo
La actual crisis de salud pública ha llevado al gobierno a cerrar todos los negocios no esenciales, lo que incluye todo menos sectores críticos como la salud, la energía, la alimentación y el transporte. Solo aquellos que operan en cadenas de suministro esenciales podrán continuar sus actividades.
Además, otras áreas como la educación pública también verán reducidas sus operaciones. Se espera que estas medidas se mantengan vigentes hasta al menos el 10 de octubre.
Preocupaciones sobre la liberta de reunión
Una de las cuestiones más controvertidas relacionadas con el nuevo confinamiento ha sido la limitación del derecho de manifestación. Ahora, este derecho solo podrá ejercerse en grupos de 20, un intento de controlar las grandes multitudes que han estado protestando contra el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu por su manejo de la pandemia.
Las oraciones en lugares de culto también estarán limitadas a grupos pequeños, lo que ha generado preocupación entre los fieles judíos, especialmente con la inminente celebración de Yom Kipur, uno de los días más sagrados del judaísmo.
Impacto económico y social
Las nuevas restricciones se implementan justo en un momento crítico, ya que la economía israelí ya había estado sufriendo debido a las investigaciones realizadas en el pasado y los bloqueos anteriores. Los expertos advierten que el cierre total podría llevar a un aumento en el desempleo y problemas económicos duraderos.
Las autoridades han reconocido que han aumentado las tensiones sociales y los problemas de salud mental durante esta pandemia y el confinamiento. Las medidas se están aplicando en un país que ya se había preparado para el día más sagrado, donde se espera que las tensiones aumenten, sobre todo en un contexto de protestas y desacuerdos políticos.
El camino hacia adelante
El coordinador nacional de la pandemia, Roni Gamzu, había sugerido que el país podría beneficiarse de menos restricciones, permitiendo a los negocios operar al 50% de su capacidad en lugar de un cierre total. Sin embargo, el aumento en los números ha llevado a una definición más estricta de las medidas.
El futuro de Israel en este contexto de pandemia es incierto, y la población se ha estado preguntando cuáles serán las implicaciones de estas decisiones en su vida diaria. Con la pandemia en el horizonte y un clima político complicado, la realidad es difícil para muchos ciudadanos. Se anticipa que el período de aislamiento tope será más severo de lo que muchos esperaban inicialmente.
Conclusión
A medida que Israel se adentra en este segundo confinamiento nacional, será esencial que los ciudadanos sigan las indicaciones de salud pública para amortiguar el impacto de la COVID-19. La vigilancia continua será clave para ver si estas nuevas restricciones tienen el efecto deseado de reducir las tasas de infección.
Los próximos días y semanas determinarán cómo se desarrollará esta situación, con el liderazgo de Netanyahu mirando de cerca el impacto de las restricciones en la salud pública y la economía.
