Utilizando el Event Horizon Telescope, los astrónomos han imaginado un cuásar en el corazón de una galaxia distante que emite cantidades masivas de radiación alimentada por un agujero negro supermasivo. Estos eventos extremadamente poderosos se describen a menudo como los motores centrales de las galaxias activas y pueden emitir más luz que cualquier otra estrella en su casa galáctica.
Sin embargo, los científicos aún no comprenden completamente la física detrás de su poderosa actividad. Esta nueva foto del cuásar acecha en el corazón de la galaxia NRAO 530 y fue capturado por el Event Horizon Telescope (EHT), famoso por producir la primera imagen de un agujero negro en 2019. El equipo de colaboración del EHT siguió esta imagen del supermasivo agujero negro en el corazón de la galaxia M87 (M87) con una imagen de Sagitario A* (Sgr A*), el propio agujero negro supermasivo de la Vía Láctea, en mayo de 2022.
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La observación publicada recientemente es peculiar porque se realizó en abril de 2017, mucho antes de que el EHT viera el agujero negro de M87 o Sgr A*. Cuando el telescopio espacial observó NRAO 530 para calibrarse y preparar las observaciones de agujeros negros, se hizo evidente que era también el objeto más distante que se había fotografiado con el EHT hasta ese momento.
La luz que vemos ha viajado de regreso a la Tierra durante 7500 millones de años a través del universo en expansión. Con el poder del EHT, vemos los detalles de la estructura de la fuente a una escala tan pequeña como ‘un solo año luz’.
¿Cómo los agujeros negros iluminan sus hogares galácticos?
Los agujeros negros en sí mismos no emiten luz y atrapan la luz detrás de una superficie unidireccional llamada horizonte de eventos. Sin embargo, los cuásares son fuentes de radiación enérgicas debido a la influencia gravitatoria de sus agujeros negros centrales, que pueden ser millones o incluso miles de millones de veces más masivos que nuestro Sol. Esto acelera el material a velocidades cercanas a la luz, causándole una intensa presión.
El cuásar en el corazón de NRAO 530 está clasificado como un blazar, un tipo de cuásar orientado de tal manera que sus chorros apuntan directamente a la Tierra. El EHT examinó este cuásar en luz polarizada y no polarizada, lo que permitió a los investigadores estudiar la estructura del campo magnético cerca del agujero negro y la parte más interna del chorro.
La colaboración del EHT continuará estudiando el cuásar para comprender mejor cómo varían en el tiempo las características de los chorros más internos y su conexión con la producción de fotones de alta energía. La investigación está documentada en un artículo publicado en el Diario de Astrofísica.
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