En un momento crítico para la comunidad de Asheville, especialmente tras el devastador paso del huracán Helene, las clínicas de atención de urgencia han reabierto sus puertas, convirtiéndose en un salvavidas invaluable para muchos.
CANDLER, Carolina del Norte — Los recientes eventos climáticos han dejado a los ciudadanos enfrentando un acceso limitado a alimentos, agua, electricidad y atención médica. Para muchos, estas clínicas representan una oportunidad de recuperación y alivio inmediato.
Un nuevo comienzo tras la tormenta
Elena Gherasim, una madre de 42 años de West Asheville, describió la apertura de un centro de atención de urgencia FastMed en Candler como “una gran bendición”. Este testimonio resuena con la experiencia de muchas personas que han tenido que lidiar con la escasez de servicios esenciales después de la tormenta.
La búsqueda de atención médica se vuelve urgente
“Mi hijo de 14 años desarrolló un sarpullido grave tras ducharse con agua que evidentemente estaba contaminada”, comentó Gherasim. Este tipo de situaciones revela la creciente necesidad de atención médica accesible y rápida en medio de desastres naturales.
Los desafíos logísticos
Las clínicas reabiertas están utilizando sistemas de agua temporales. La FastMed en Asheville, por ejemplo, opera actualmente con un generador, lo cual subraya la adversidad que enfrentan estas instituciones en su esfuerzo por servir a la comunidad.
Según Andrew Sawyer, portavoz de Porter-FastMed, la meta es proporcionar atención médica de manera rápida y eficiente, destacando la importancia de estar presentes en momentos de reconstrucción y recuperación tras la tormenta.
Impacto en la comunidad
“Sabíamos que después de la tormenta, las instalaciones médicas de la zona estaban bajo una presión increíble”, explicó Sawyer. Esto se traduce en una atención médica que no solo es necesaria, sino que también debe ser accesible, especialmente para aquellos con menos recursos.
Volumen de pacientes en aumento
Las clínicas están reportando un aumento notable en pacientes que buscan atención por lesiones, así como aquellos que necesitan resurtidos de recetas debido al cierre de consultorios de atención primaria. Esto incluye una variedad de casos desde enfermedades comunes hasta emergencias.
“La carga sobre nosotros es mayor de lo habitual, pero entendemos la necesidad de estar disponibles”, indicó Sawyer, enfatizando que la atención requiere no solo acceso, sino también la prontitud necesaria para garantizar una recuperación efectiva.
Un enfoque hacia el futuro
Con las clínicas ahora abiertas, la comunidad puede comenzar a regresar a la normalidad. Estas reaberturas ofrecen un respiro necesario y demuestran que, aun en los momentos más oscuros, la atención médica y el apoyo están disponibles. Las palabras de Gherasim reflejan el sentimiento de muchos, destacando que “es una bendición tener atención de urgencia cerca de casa y poder recibir la ayuda que necesitamos”.
Así, mientras la comunidad de Asheville sigue lidiando con las secuelas del huracán Helene, la apertura de estas clínicas de atención de urgencia se convierte en un pilar de esperanza y asistencia en el camino hacia la recuperación.